Voy con bastante frecuencia a ver el fútbol base de mi
ciudad. Me gusta ver como chavales tan pequeños se sienten atraídos por un
deporte tan pasional y ver esas reacciones tan puras que demuestran dentro del
terreno de juego. Creo que el fútbol, como otros muchos deportes, ayuda a los
jóvenes a formarse como personas y a realzar valores tan importantes como el
esfuerzo, la disciplina y el compañerismo
que con posterioridad aplican a su vida cotidiana.
Pero existe una lacra muy peligrosa que no ayuda al mundo
del deporte en general y al fútbol en particular y que son algunos padres. Son
capaces de contaminar el fútbol e intoxicar a sus hijos convirtiendo esas
reacciones tan puras en acciones artificiales e incluso dirigidas por sus progenitores
desde la banda como si sus hijos fueran autenticas marionetas…
Pero dentro de los padres que con frecuencia acuden al
partido de sus hijos debemos diferenciar a unos de otros por sus diversas
actitudes y comportamientos…
Padre ejemplar: Acude siempre al
campo de fútbol y normalmente suele disfrutar del partido solo o con alguno de
su misma especie. Le da igual que su hijo salga en la alineación titular o que
solo juegue unos minutos. Cuando abre la boca solo lo hace para animar y para
celebrar los goles del equipo de su hijo. GRACIAS
(aplausosssssssss)
Padre protestón: A éste también “le
da igual” que su hijo juegue. Su principal objetivo es el árbitro. Suele colocarse
justo detrás de la valla y va moviéndose en función del colegiado. El respeto al árbitro va descendiendo
en virtud del resultado y los insultos se extienden hasta que el árbitro entra
en su vestuario. Existe una raza muy peligrosa dentro de este padre y es el que
espera al árbitro hasta su salida de las instalaciones deportivas. TARJETA ROJA para este padre.
Padre Matancero: Suele prepararse 2
horas antes del partido. Prepara todo tipo de comida y por lo general de
matanza. Cuando su hijo busca su apoyo en la grada este padre suele estar de
espaldas al partido. Su momento estelar llega al descanso, saca todo tipo de
tapers y vinos de la tierra. A este padre el fútbol le da igual y sus frases
mas comunes suelen ser “esto es lo mejor
del partido” y “el fútbol sin esto no es nada”. A este padre le mandaría A freír
espárragos.
Padre idólatra: Su hijo tiene que
jugar de titular siempre. El juego del fútbol pasa a un segundo plano, su foco
de atención solo va dirigido a su hijo. Todo lo que hace su pequeño esta por
encima del equipo y no se equivoca nunca. Si alguna vez lo hace suele ser por
fallo de algún otro chiquillo. Cree que su hijo se convertirá en un Cristiano
Ronaldo dentro de unos años. Este padre no es un ejemplo a seguir para su
hijo
Padre entrenador: Se tira todo el
partido voceando desde la grada. Coloca a todos los chicos en el campo e
incluso ordena quien debe tirar las faltas y sacar los corners. El respeto al
entrenador es mínimo y se convierte en nulo cuando su hijo no es titular o es
sustituido. Cuando termina el partido reúne a todos los padres e intenta
convencerlos de lo malo que es el entrenador. Dejaría a este padre fuera
de la convocatoria.
Como yo no soy nadie para dar consejos de cómo se debe
educar deportivamente a un niño os dejo un vídeo en el que se muestra una serie
de pautas que los padres deberían de cumplir si su hijo practica algún deporte.
¡Con
respeto ganamos todos!