loquemesaledelfutbol

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miércoles, 25 de diciembre de 2013

PAPA ¡DÉJAME QUE ME DIVIERTA!


Voy con bastante frecuencia a ver el fútbol base de mi ciudad. Me gusta ver como chavales tan pequeños se sienten atraídos por un deporte tan pasional y ver esas reacciones tan puras que demuestran dentro del terreno de juego. Creo que el fútbol, como otros muchos deportes, ayuda a los jóvenes a formarse como personas y a realzar valores tan importantes como el esfuerzo, la disciplina y el compañerismo  que con posterioridad aplican a su vida cotidiana.
Pero existe una lacra muy peligrosa que no ayuda al mundo del deporte en general y al fútbol en particular y que son algunos padres. Son capaces de contaminar el fútbol e intoxicar a sus hijos convirtiendo esas reacciones tan puras en acciones artificiales e incluso dirigidas por sus progenitores desde la banda como si sus hijos fueran autenticas marionetas…
Pero dentro de los padres que con frecuencia acuden al partido de sus hijos debemos diferenciar a unos de otros por sus diversas actitudes y comportamientos…

Padre ejemplar: Acude siempre al campo de fútbol y normalmente suele disfrutar del partido solo o con alguno de su misma especie. Le da igual que su hijo salga en la alineación titular o que solo juegue unos minutos. Cuando abre la boca solo lo hace para animar y para celebrar los goles del equipo de su hijo. GRACIAS (aplausosssssssss)

Padre protestón: A éste también “le da igual” que su hijo juegue. Su principal objetivo es el árbitro. Suele colocarse justo detrás de la valla y va moviéndose en función  del colegiado. El respeto al árbitro va descendiendo en virtud del resultado y los insultos se extienden hasta que el árbitro entra en su vestuario. Existe una raza muy peligrosa dentro de este padre y es el que espera al árbitro hasta su salida de las instalaciones deportivas. TARJETA ROJA para este padre.

Padre Matancero: Suele prepararse 2 horas antes del partido. Prepara todo tipo de comida y por lo general de matanza. Cuando su hijo busca su apoyo en la grada este padre suele estar de espaldas al partido. Su momento estelar llega al descanso, saca todo tipo de tapers y vinos de la tierra. A este padre el fútbol le da igual y sus frases mas comunes suelen ser “esto es lo mejor del partido” y  “el fútbol sin esto no es nada”. A este padre le mandaría A freír espárragos.

Padre idólatra: Su hijo tiene que jugar de titular siempre. El juego del fútbol pasa a un segundo plano, su foco de atención solo va dirigido a su hijo. Todo lo que hace su pequeño esta por encima del equipo y no se equivoca nunca. Si alguna vez lo hace suele ser por fallo de algún otro chiquillo. Cree que su hijo se convertirá en un Cristiano Ronaldo dentro de unos años. Este padre no es un ejemplo a seguir para su hijo

Padre entrenador: Se tira todo el partido voceando desde la grada. Coloca a todos los chicos en el campo e incluso ordena quien debe tirar las faltas y sacar los corners. El respeto al entrenador es mínimo y se convierte en nulo cuando su hijo no es titular o es sustituido. Cuando termina el partido reúne a todos los padres e intenta convencerlos de lo malo que es el entrenador. Dejaría a este padre fuera de la convocatoria.


Como yo no soy nadie para dar consejos de cómo se debe educar deportivamente a un niño os dejo un vídeo en el que se muestra una serie de pautas que los padres deberían de cumplir si su hijo practica algún deporte. ¡Con respeto ganamos todos!



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